martes, 14 de diciembre de 2010

Ahora "lo moderno" es no vacunar a los niños

En los últimos años estamos asistiendo a una preocupante vuelta a antiguas y rancias posiciones anticientíficas. Ideas ya superadas hace siglos están volviendo con fuerza y se están instalando en la mente de aquellos que no están bien informados.

Creacionismo, supersticiones, irracionalidades homepáticas, astrológicas… han vuelto incluso los que afirman que la Tierra no es redonda sino plana. Y de entre todos estos pasos atrás en el conocimiento, sin duda, los más peligrosos son los que atañen a las prácticas médicas.

Poco a poco se ha ido fraguando un absurdo movimiento anti-vacunas que pone en serio peligro la salud de las personas, sobre todo las más jóvenes y débiles. Por ello he pensado que estaría bien realizar un breve artículo, sencillo y ameno, sobre la necesidad y conveniencia de las vacunas, explicando fácilmente cómo funciona nuestro sistema inmunológico y cómo actuan las vacunas ayudándolo.

Nuestro sistema defensor contra todo bicho que codicie nuestro organismo como virus, bacteria, hongo, parásito o lo que sea, se las tiene que ver con toda una “famiglia” de glóbulos blancos dispuestos a matar, fagocitar, aniquilar, destruir, arrasar.

Tiene diversas formas de llevar a cabo su misión, pudiendo hacerlo de forma directa en plan “tonto el último que se cargue al enemigo” o actuar en cooperación y mediante un mecanismo sofisticado para dejarlo bien “muerto matao”.

¿Cuáles son los principales soldados inmunitarios de nuestro cuerpo?
Tenemos a:

•Neutrófilos, que le dan para el pelo a las bacterias, principalmente
•Eosinófilos, atacan sobre todo a parásitos
•Linfocitos, que mediante anticuerpos y trabajo en equipo luchan especialmente contra virus y bacterias
•Basófilos, sólo se nota su presencia en caso de hipersensibilidad porque el cuerpo se haya sentido agredido por medicamentos y alimentos.
•Monocitos, unos glóbulos blancos que de monos tienen poco, se hacen notar en caso de infecciones crónicas y autoinmunes. Cuando es necesario “evolucionan” a macrófagos, son los barrenderos del sistema, se comen todos los enemigos que pueden.
Nuestro Sistema Inmune no se limita a arramplar con todos los extraños que osen invadir nuestro organismo, sino que “se quedan con su cara“. Veréis: las bacterias, los virus, hongos, etc tienen una cubierta compuesta por lípidos y azúcares muy característica, que contiene a los antígenos o sustancias que desencadenan la furia de nuestro ejército y la fabricación masiva de anticuerpos. Los glóbulos blancos, al atacarlos, “memorizan” esas cubiertas para ser más rápidos y efectivos en la próxima intentona por su parte.

¿Podemos ayudarles a memorizar y ser más eficientes en su tarea?
Sí, mediante las vacunas.

Una vacuna no es más que el “bicho” en cuestión muerto, atenuado o fragmentado o sólo las proteínas o los glúcidos de su cubierta, de manera que se lo presentamos a nuestros glóbulos blancos para que aprendan que “esto malo, esto caca”.

Cada vacuna tiene sus propias peculiaridades, requiriendo en ocasiones una única dosis con el fin de que los glóbulos blancos memoricen bien el aspecto del enemigo a destruir, varias dosis para realizar bien esa memorización o se precisan dosis de recuerdo cada cierto tiempo. Eso depende de la inmunogenicidad de la vacuna, es decir, la capacidad que tenga para provocar una reacción por parte de nuestro Sistema Inmune y producir glóbulos blancos más específicos, especializados en ese antígeno en concreto.

¿Qué ventaja tiene esa ayuda proporcionada en forma de vacuna?
No tiene una única, sino varias:

•Disminuye la tasa de mortalidad y de secuelas por infecciones
•Disminuye la probabilidad de caer enfermo por esas infecciones
•Es un sistema menos traumático para nuestro organismo de producción de defensas naturales que el exponerse a la enfermedad
En contra de lo que cree mucha gente, no se crean anticuerpos artificiales, sino que se estimulan precisamente las defensas que nosotros poseemos, se les ayuda y potencia.

Después de todo esto…¿sigues pensando que no es conveniente vacunarse?

Visto

5 comentarios:

Camino Felices dijo...

Yo he sido vacunada de todo lo que tocaba en mi época y no he tenido ningún problema... es más, con lo poco que me cuido, estoy como una perdigana, jejeje.
Yo si tuviera hijos, los vacunaría sin dudarlo, prefiero eso a que tengan que sufrir todas las enfermedades para las que nos vacunaron a nosotros.

Jose dijo...

El sistema de administración de vacunas, según varios autores (y científicos, la no-vacunación no es algo anticientífico) causa severos daños a un sistema inmunológico todavía inmaduro, además de que la mayoría de las vacunas contienen un buen puñado de sustancias tóxicas para nuestro organismo, como el aluminio.
Los datos que ofrecen sobre niños no vacunados que hayan enfermado de esas enfermedades que las vacunas previenen son pasmosamente iguales a los datos sobre niños vacunados.
Los efectos secundarios ligados a la vacunación van desde simples problemas respiratorios o de alergias hasta el cáncer pasando por ciertos problemas neuronales más o menos graves (como la epilepsia Camino).
Las vacunas pueden tener su lógica en un momento de riesgo de epidemia, y hay que estarles muy agradecidos por la labor sanitaria que han realizado, dejándonos en un momento en que la vacunación se hace innecesaria. Hoy en día se han convertido en un lucrativo negocio para las empresas farmaceúticas, como siempre y por desgracia.
Yo tengo un hijo y una hija, ninguno de los dos vacunado, y ambos sanos como robles. El mayor, de seis años, no ha sufrido ni una de esas enfermedades que dicen que si no se vacuna a los niñós las acaban sufriendo, y no es el único caso.
Y por último, aquello que llaman "calendario obligatorio de vacunación" no es más que otra mentira más de nuestro estado mentiroso ya que, según la legislación vigente, sólo sería obligatorio vacunar en masa a la población española en caso de riesgo de epidemia nacional. Y por suerte no es nuestro caso.
Más información y amplia bibliografía en el libro "El peligro de las vacunas" del doctor Xavier Uriarte.
Un saludo

Unknown dijo...

De entrada, que lo firme un médico no me dice nada. También hay médicos homeópatas, otros que creen que la gravedad lunar que crea las mareas también afecta a las embarazadas, y los que creen en el ratoncito Pérez.

Creo que Julio Cesar no fue vacunado.

Jose dijo...

Y los que creen en las vacunas...
Un callejón sin salida no te parece...

Unknown dijo...

¿Te refieres a estos estudios?