Como Ozzy Osbourne, el líder de los míticos Black Sabbath, que lleva más de 40 años abusando del alcohol y las drogas y que a pesar de eso se mantiene en plena forma a sus 61 años. Y sin dejar de meterse de todo.
Por eso se ha decidido trazar un mapa de su genoma, para tratar de estudiar si hay algo en sus genes que le hacen resistente a la mala vida.
¿Quizás un ejemplo para generaciones venideras?
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