Pues sí. Como reza (aunque no se muy bien a que dios) el título de la "rebullada", la escuela rural es diferente. Por muchas cosas, a veces buenas y a veces malas (pero ese será otro tema a tratar largo y tendido otro día, que hoy tengo hambre y me voy rapidito.) que nos caracterizan.
Como muestra un botón (mejor dicho, un cochino jabalí). Una tarde de marzo apareció al lado de mi escuela este ejemplar de sus scrofa, más muerto que la Jurado, causando gran espectación entre la chiquillería. Los mayores, con ojo crítico, dijeron "buen tiro le han arreao", lo miraron un par de segundos calibrando la bala que había dejado fiambre al tocino y siguieron con lo suyo (es decir, jugar al fútbol, charrar o parlar de sus cosetas y encorrerse). Con los peques (3,4 y 5 años) la película cambió un poco y nos las vimos y deseamos (el equipo docente al completo y alguna madre amiga) par sofocar lloros y convencer a los pequeños par entrar en la escuela, asegurándoles que el animal muerto no hiba a entrar a darles ningún susto. A mí, el tiro al cochino me sirvió para hablar en clase un rato sobre la caza, sus beneficios en la economía del pueblo, el cuidado y respeto de los animales, me enteré de algún cotilleo sobre cazadores famosos (como Juan Carlos I "el campechano") en Beceite... y alguna cosilla más. A mis compis de infantil y de primar ciclo, para hablar de la muerte y de los miedos que nos produce.
Lo dicho, somo diferentes. Y que dure.
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