sábado, 22 de octubre de 2011

Cambio finca de olivos por trastero

Un oscense pone en marcha La Llave Mágica, una web de intercambios no comerciales para aprovechar espacios infrautilizados como pisos, garajes, trasteros, huertos o talleres.



Un problema particular ha acabado convirtiéndose en una web altruista: La Llave Mágica, que promueve el intercambio de viviendas, locales, huertos u otros espacios a cambio de una contraprestación no económica o servicio. La idea ha surgido en Huesca y está extendiéndose por Internet.

Antonio Alagón, arqueólogo y artista oscense de 40 años, necesitaba espacio para trabajar y guardar sus materiales. “Tenía la casa llena. Me di cuenta de que hay muchos espacios infrautilizados en la ciudad y en los pueblos que me podrían venir bien a mí y a cualquiera”, cuenta Antonio el origen de su iniciativa.

La idea fue creciendo. “Hay mucha gente que necesita una vivienda digna; emprendedores o artistas que no pueden desarrollar su actividad por falta de espacio; colectivos que necesitan locales para reunirse o guardar material... Y, a la vez, hay muchos espacios abandonados o infrautilizados y fincas sin cultivar. Desde La Llave Mágica queremos servir de intermediarios y promover una sociedad más justa para todos”, cuenta Antonio.

La idea inicial fue creciendo, el informático Sergio Escartín le dio forma y la web está activa desde hace dos semanas. Aún no han hecho nada de publicidad, pero la idea se está propagando mediante el boca a boca. Ya se han inscrito unas 30 personas y se han publicado varias ofertas.

Por ejemplo, elrufus, de Tarazona, ofrece una finca con 40 olivos y dos almendros. “Me conformaría con recibir un porcentaje de la producción y, sobre todo, saber que se le está sacando provecho, ya que no la podemos mantener”. O David, de Huesca: “Soy informático y con mucha energía. Si puedes ofrecerme el trastero, contáctame y estudiamos cómo puedo ayudarte a cambio”. O Asun, de Madrid: “Mi sueño es hacer un huerto de permacultura. Con lo cual mejoraría tanto la casa como su entorno y, por supuesto, compartiría frutas y verduras. Si alguien tiene una finquita abandonada cerca de Madrid, creo que sería una buena opción para estos tiempos duros que corren”.

La base del proyecto es el trueque. “El intercambio no mercantil ha existido siempre, desde el trueque de productos primarios en la prehistoria hasta el intercambio de favores entre amigos. La Llave Mágica solo pretende sistematizar una práctica tan antigua como el propio ser humano y buscar alternativas a la situación actual de difícil acceso a espacios, agravado por la presente situación económica”, explica su inventor.

El pago

Cada uno paga con lo que puede o sabe hacer. La Llave Mágica propone varias ideas: por ejemplo, el usufructuario se puede comprometer a arreglar el local y devolver la finca en mejores condiciones. O puede ofrecer algún servicio al propietario, como cocinar para él, enseñarle a tocar un instrumento, hacer compañía o de canguro. O si cultiva un campo, puede regalar parte de la cosecha.

El funcionamiento es muy sencillo. Los propietarios o usufructuarios interesados deben inscribirse en la web para poner sus anuncios. Y cualquiera pueda leer las ofertas que se publican. Todo es gratuito. Los gestores de La Llave Mágica solo ejercen de intermediarios y proponen un sencillo modelo de contrato privado para cuando se llegue a un acuerdo (aunque cada uno es libre de hacer lo que quiera).

La Llave Mágica tiene una doble vertiente solidaria y de denuncia. Quieren incluir en el futuro un apartado de fotodenuncias de espacios infrautilizados o cerrados


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