domingo, 15 de noviembre de 2009

El horror nazi escrito en papel higiénico

Petter Moen escribió unas memorias sobre su castigo en el cuartel de la Gestapo en Oslo, en el año 1944, que ahora se publican por primera vez en castellano.
"¡¡Donnerwetter [jefe de guardia] me ha hecho un registro domiciliario!! No encontró mi diario. Cuelga pulcramente del clavo del papel higiénico. No encontró mi pluma. Es un pequeño clavo de la cortina opaca. Mi ajedrez estaba en el calcetín en el perchero, ante sus narices. Registro de una celda carcelaria desnuda. También eso es la Gestapo". Las palabras escritas por Petter Moen durante siete meses de cautiverio quedaron perforadas para siempre sobre pliegos de papel higiénico, fueron rescatadas meses después de la liberación de Noruega.
Petter Moen trabajó a ciegas sobre sus escritos, desde el 10 de febrero al 4 de septiembre de 1944, cuando sabía que la ronda no iba a sorprenderle, después enrollaba los pliegos de cinco en cinco y los envolvía en un sexto pliego. Los rollos fueron marcados y numerados minuciosamente. Cuando terminaba de escribirlos, los introducía por una rejilla de ventilación a ras de suelo de la habitación. Allí se conservaron intactos hasta que los recuperaron. El papel higiénico era duro como los sacos de cemento.
En el relato del paso de las semanas no deja de crecer un miedo "impúdico", dice él. Es el miedo al sufrimiento, a las torturas. "Sí, estoy desesperadamente asustado". Vuelve una y otra vez a aclarar que lo que le "desgarra el músculo del corazón" no es el anhelo de libertad, sino "los problemas del sótano", en alusión al miedo al látigo, a las patadas en las espinillas, al retorcimiento de las articulaciones y a los golpes en la cabeza.De vez en cuando habla de la libertad, de todo lo que está dispuesto a sacrificar por recuperarla y por volver a pisar una Noruega libre,pero se encontró con la muerte lejos de aquella tortura solitaria, en el mar, camino de Alemania junto con otros 400 presos deportados en el Westphalen. La embarcación chocó con una mina y sólo consiguieron salvarse cuatro de los presos, a uno de ellos Moen le había confiado su secreto y fue quien dio la pista del diario de su compañero. Fue hallado, tras la liberación de Noruega, en la cámara de ventilación de su celda, intacto, apenas humedecido.
Visto

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