El equipo de investigación ha transcrito y digitalizado cerca de 300 bitácoras de navegación de buques ingleses del siglo XVIII. Los informes meteorológicos, concienzudamente detallados, realizados por grandes exploradores como el capitán James Cook y Charles Darwin, ya han revelado evidencias de que el cambio climático no está siendo tan brusco y repentino como se cree.
Hay cartas de navegación que marcan temperaturas en el océano Ártico no muy distintas a las actuales. Cada una contiene información meteorológica precisa con mediciones diarias e incluso a veces con cambios de temperaturas por hora, velocidad del viento, presión atmosférica y formación de hielo. Si bien algunos registros parecen cuestionar el alarmismo alrededor del cambio climático, otros datos corroboran nuestra preocupación. Las notas tomadas por el buque HMS Isabel, que buscaba el Paso del Noroeste en 1818, muestran -comparando con las mediciones actuales- un descenso significativo en el hielo en la Bahía de Baffin, Canadá. Esta zona marítima conecta los océanos Ártico y Atlántico.
Mientras los expertos continúan luchando con distintas interpretaciones sobre estos registros, al menos no queda duda sobre la fiabilidad de los documentos. Estas bitácoras detalladas eran vitales en este período, la tripulación del buque dependían de ellas para saber en que posición se encontraban. Y hoy encuentran de nuevo utilidad: ser una brújula para los investigadores. Son un gran ejemplo de cómo la información de archivo creada para un propósito puede ser reutilizada para algo totalmente diferente.
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