ISABEL PLANAS VALENCIA
De acuerdo, pero eso no es de hoy. Es más, de ese culto a la belleza física es en buena parte culpable la religión, ¿no le parece? Yo no veo muchas representaciones de la Virgen gorda, con michelines y los tobillos inflamados. Casi todas son más parecidas a la Inmaculada de Murillo y la prueba es que esos energúmenos de las procesiones, como en el Rocío, le chillan los piropos más groseros. En los belenes y en la pintura, los únicos feos siempre son los judíos.
La representación de Jesucristo, incluso crucificado, suele ser la de un tipo que podría protagonizar un anuncio de ropa interior. Salvo en Grünewald

Empiece por casa: pongan Jesucristos calvos y con papada. Pongan vírgenes con celulitis y las muelas picadas. Pongan a un Dios sin los músculos de Miguel Ángel, un tipo de corta estatura y con el culo entrado en carnes de tanto calentar el trono. Pongan de Espíritu Santo a un pato (feo). Así nos enseñarán a no juzgar por las apariencias y a poner atención a esos “valores interiores” de las personas divinas
Cartas con respuesta: Rafael Reig responde a cartas de lectores en "Público"
No hay comentarios:
Publicar un comentario