jueves, 9 de abril de 2009

Liberté, égalité et fraternité, pero sin confundir.

Que no es lo mismo ser cirio que troyano.
Nicolás Sarkozy quiere realizar un censo para contabilizar el número de negros, chinos, judíos o latinoamericanos que hay en Francia. El presidente galo le ha engargado la tarea a su Comisario de la Diversidad, Yazid Sabeg. "Una radiografía de la sociedad" es como lo ha llamado.




Hasta ahora esto era ilegal, no sólo por el lema de la revolución francesa que declara iguales a todos sus ciudadanos independientemente de raza, religión o posición social; sino tristemente y mucho más reciente por los censos de judíos que se hicieron desde el regimen de Vichy en la segunda guerra mundial y que sirvieron para mandar a decenas de miles de personas a los campos de concentración nazis.
Los defensores del plan opinan que es imprescindible conocer la composición de la población para poder hacer planes de ayuda mucho más efectivos.
SOS Racismo ya se ha posicionado en contra junto con otras voces como la de La Secretaria de Estado de Política de la Ciudad, Fadela Amara, Citada por el diario El País en su edición del 25 de marzo, dijo que la "República no debe convertirse en un mosaico de comunidades. Nadie debe portar ya una estrella amarilla".
¿Es necesario señalar las diferencias para anularlas y lograr una integración real? ¿Quién garantiza el uso que se le dará a esta información?
Berlusconi ya ha empezado con su censo de la etnia gitana con la oposición mayoritaria de la UE.

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