Kristen Hoenshell es una niña de 18 meses, tiene un raro y agresivo cancer que empezó como un tumor tras su ojo y que le ha obligado a una operación y 38 semanas de quimioterapia en el instituto Dana-Farber de Boston. Las sesiones de quimio son duras y la dejan débil y enferma.
Pero el otro día cuando llegó para su sesión de quimio una sonrisa iluminó su carita, su prima le señaló el edificio en construcción que se ve desde la ventana, un obrero había pintado su nombre con un spray rosa fosforito en una de las vigas.
Es un ritual que se repite todos los días. Los niños que reciben tratamiento escriben sus nombres en folios y los pegan en las ventanas para que los obreros puedan verlos. Cada día los obreros escriben los nuevos nombres en las vigas que arman el nuevo edificio de 14 plantas que están levantando justo enfrente. Este edificio será el nuevo centro Yawkey para el tratamiento del cáncer.
El edificio ahora es un esqueleto de metal de siete plantas salpicado de coloridos nombres y mensajes de ánimo y los niños tienen un motivo para sonreir.
Visto en Meridianos. Más fotos aquí.
2 comentarios:
Como molan los obreros alemanes, copón!!!!! En nuestro país, alguna reglamentación (y/o inspector de trabajo) hubiera dicho que tanto color en las vigas, distraía a algún secretario de dirección del hospital y se lo prohibirían hacer.
Fijo.
SALUDos
Rectifico, los obreros de Boston, Estado Unidos.
Más saludos
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