martes, 22 de abril de 2008

Los ricos también roban

Por cosas del trabajo estoy en la sala club de la estación de Atocha, esperando que sea la hora de montarme en el AVE que me lleve a casa, a mi Zaragoza, siempre noble, siempre heroica, muy leal... (En cuanto me salgo del terruño me pongo emotivo, parte de culpa la tiene Reverte que me ha tenido todo el viaje despachando gabachos)
A lo que iba... en la mesa de enfrente tengo a dos señores con traje, corbata y maletín de cuero, unos 60 años, ejecutivos de algo.
El más mayor de los dos ya ha hecho tres viajes al expendedor de frutos secos, se ha traído los tres vasitos de plástico correspondientes llenos de cacahuetes, habas y pasas y los ha vaciado en una bolsa de plástico que lleva dentro del maletín.
Yo pienso robar los cubiertos en el tren.

6 comentarios:

Mariajo dijo...

Tu como delincuente no tienes precio¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ No voy a dejar que te acerques a un PC¡¡¡¡¡¡¡¡

Abel dijo...

Pero no confieses el crimen hombre... Como te pillen los de seguridad te van a dar una tunda de ostias..
El próximo viaje en coche, así evitas (las drogas9 y las tentaciones.
SALUDos.

Alberto dijo...

Pero si eso no es robar... que los he pagado con el billete ¿no?
Además luego ni los robé ni nada.

Camino Felices dijo...

Pues van de maravilla y sino pregúntale a tu amigo que los utiliza todos los días.
De todas maneras, niños eso no se hace...caca.

Anónimo dijo...

Cabe pensar que el hombre se llevaba los cacahuetes porque tenía que alimentar a su pobre elefante. Si los restaurantes aceptan que metas tus sobras en la doggy-bag, los puestos de frutos secos de los trenes deberían hacer lo propio para los paquidermos domésticos.
Y ya es triste robar, pero más triste es que te den un trompazo...

Alberto dijo...

si eran para su elefante tiene excusa... aunque quizás se llevó pocos.