viernes, 14 de diciembre de 2007

La esperada vacuna de la Malaria


El problema

La malaria es una enfermedad común y potencialmente mortal transmitida por los mosquitos, que actualmente afecta de forma endémica a más de 100 países. Cada año, más de 500 millones de personas sufren malaria aguda, lo que se traduce en más de un millón de muertes. Aproximadamente un 90% de esas defunciones se producen en el África subsahariana. Los niños menores de 5 años suponen el 82% de todas las defunciones por esa enfermedad, y cada día mueren de malaria casi 3000 niños. La malaria tiene efectos de por vida en el desarrollo cognitivo, la educación y la productividad. La enfermedad causa como media una pérdida del 1,3% del crecimiento económico anual en los países donde se da una transmisión intensa. La evidencia acumulada muestra que la malaria no es consecuencia de la pobreza, sino una causa de pobreza persistente.

Oportunidades y soluciones

  • La malaria es prevenible y curable. Facilitando acceso a un tratamiento eficaz y a medidas preventivas sencillas, como el uso de mosquiteros tratados con insecticida y el rociamiento de interiores con insecticidas de acción residual, se ayudará a alcanzar la meta de controlar la malaria.
  • Las inversiones mundiales en la lucha antimalárica no han cesado de aumentar entre 1998 y 2005.
  • Los países están reconociendo la necesidad de cambiar las políticas de tratamiento basadas en monoterapias ineficaces por otras opciones más eficaces como son las terapias combinadas basadas en la artemisinina (TCA) . También están implementando programas para proteger a los hogares distribuyendo mosquiteros tratados con insecticidas de larga duración y realizando campañas de rociamiento de interiores con insecticidas de acción residual para controlar los mosquitos que actúan como vectores.

Obstáculos

  • Muchos programas se están rezagando, debido a que los países carecen de las aptitudes técnicas y administrativas necesarias, así como de la capacidad requerida para absorber los fondos recibidos.
  • Si bien existen metas específicas para controlar la malaria, no ha habido una estrategia clara para alcanzar los objetivos y medir los progresos y el impacto. Si no se logra consensuar una estrategia amplia, los esfuerzos desplegados por numerosos asociados serán infructuosos.
  • La lucha antimalárica requiere financiación tanto para la adquisición de productos básicos como para la asistencia técnica a los países. Una asistencia técnica eficaz garantizará que los productos básicos se distribuyan y usen adecuadamente y que el dinero aportado contribuya a lograr las metas a largo plazo.
La primera generación de la vacuna contra la malaria estará lista a mediados de 2008, cuando se iniciará su tercera fase experimental para comprobar la eficacia de la sustancia antes de sacarla al mercado (2010), y será administrada a 16.000 pacientes voluntarios, todos ellos niños menores de cinco años de edad nacidos en cinco países africanos: Ghana, Gabón, Kenia, Tanzania y Mozambique. Lo dijo ayer el doctor Pedro Alonso, director del Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB), quien ha liderado el desarrollo clínico de la vacuna denominada RTS,S

Menos mal que todavía queda gente como esta, que gracias a su tesón, profesionalidad y dedicación, dentro de algunos años habrá menos muertos por esta enfermedad y, quien sabe, si al final la erradicación.
Gracias al doctor, a su equipo y a toda la gente que le ha apoyado económicamente.

2 comentarios:

Abel dijo...

Terrible enfermedad la malaria, producida además por la simple picadura de un mosquito. Y tan fácil de paliar, que al leer las solucioness me han dado incluso risa (unos mosquiteros y unas vacunas). Como se ve que la malaria no ataca a este "primer mundo" y que casi todas las víctimas se dan en países africanos, siendo muchas de ellas niños (total, ya tendrán más). Una buena noticia el descubrimiento de esa vacuna, aunque para algunos de esos 3000 niños muertos al día sea demasiado tarde.
Abel

Alberto dijo...

existe hace tiempo un medicamento muy eficaz contra la malaria, pero como el primer mundo no lo necesita y el tercer mundo no tiene dinero para comprarlo las farmaceuticas dejaron de fabricarlo. Sólo se volvió a fabricar cuando se dieron cuenta de que en forma de crema era muy útil como crema depilatoria. Esa es la única esperanza del tercer mundo, que salvarlos le resulte económicamente ventajoso a alguien en el primer mundo.