lunes, 15 de octubre de 2007

Un acierto: El Planerón de Belchite


El proyecto de restauración del hábitat estepario en la reserva ornitológica del Planerón, en la zona de Belchite, ha servido como ejemplo en la VIII Convención de Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación a la que han acudido 190 países. El plan, que se desarrolló en 2005 y 2006, todavía está valorando los resultados. La desertización es un gran problema para las economías de muchos países. Por eso, unas 190 naciones se han reunido en Madrid para compatir experiencias y combatir este fenómeno dentro de la VIII Convención de Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación. Entre esas experiencias estaba la que se llevó a cabo durante 2005 y 2006 en la reserva ornitológica del Planerón, cerca de la localidad zaragozana de Belchite, y que ha sido expuesta este lunes por los organismos que la llevaron a cabo, la asociación SEO/Birdlife y la fundación Santander.
"Es una puesta en común interesante y un paso más para buscar soluciones más allá de las palabras, soluciones que se concreten en resultados a este tipo de problemas", ha señalado el experto en zonas esteparias de SEO/Birdlife, Juan Carlos Cirero. El proyecto realizado en la reserva que la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) tiene en la zona de Belchite, el Planerón, y ha sido expuesto dentro de una actividad paralela de la convención por el ya mencionado Juan Carlos Cirero, el presidente de SEO/Birdlife, Eduardo de Juana; el director gerente de la fundación Santander, Javier Aguado; el representante del Gobierno de Aragón, Ignacio Delgado; y la representante del Instituto Pirenaico de Ecología, Concepción L. Alados.

"En el Planerón teníamos identificadas algunas zonas que sufrían problemas de especial erosión en pequeños barrancos que poco a poco iban alterando el hábitat de algunas de las especies de aves más emblemáticas y más amenazadas que hay en la zona", ha comentado Cirero. Han sido varias las actuaciones experimentales para intentar solucionar problemas que, a medio o largo plazo, pueden alterar el funcionamiento de algunas de las mejores zonas de la reserva.
Además, el experto en zonas estepareas ha señalado que se ha actuado "sobre una zona de unas 10 hectáreas y se han llevado a cabo unas actuaciones sobre diques de arena compacta sobre los que se ha procedido a la repoblación con especies autóctonas de la zona. El objetivo es comparar a medio y largo plazo qué actuaciones son las más idóneas para en el futuro poder abordar superficias más amplias".


En la iniciativa también han participado otros organismos, como el Gobierno de Aragón o el Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC. Se trata de unas técnicas bastante innovadoras en este tipo de hábitats, cuyos resultados todavía se están evaluando así como su aplicación y su efectividad. "Por el momento hemos podido comprobar que la evolución de la repoblación es lenta por la baja pluviometría y, aunque un año es muy poco tiempo para extraer conclusiones, sí que hay una tendencia bastante positiva", ha afirmado Cirero. Los resultados más concluyentes tardarán en aparecer pero, aún así, los responsables del proyecto se sienten muy orgullosos de haber abierto ese camino para la conservación del medio natural aragonés.
"Aunque han sido dos años muy secos en la zona de Belchite donde prácticamente no ha habido tormentas, estamos empezando a comprobar que la erosión ha parado, pero por ese motivo la evaluación todavía no puede ser definitiva", ha comentado el experto. De todos modos, confían en ir obteniendo resultados poco a poco.

El encuentro sirve de intercambio de experiencias entre expertos de multitud de países que enriquecen sobremanera las actividades e iniciativas relacionados con el problema de desertización. Al igual que los aragoneses han expuesto sus impresiones sobre el plan llevado a cabo en la zona de Belchite, se traen para casa ideas de otras naciones para la puesta en marcha de futuros experimentos.
"Hemos compartido pareceres con representantes de Argentina y de otras comunidades autónomas españolas", ha comentado Cirera. "Además, todo lo que se ha comentado quedará reflejado en las actas correspondientes mediante las cuales podrán acceder a la información representantes de todos los países e investigadores interesados en estos temas".
Asimismo, durante la charla se ha presentado un libro elaborado por la fundación Santander y que recoge la experiencia llevada a cabo en el Planerón y en otras zonas esteparias.

Próximas actuaciones:
"Aparte de las tareas habituales de la reserva", ha señalado el experto, "tenemos algún proyecto más. Por ejemplo, se acaba de comprar una parcela que se va a sembrar de alfalfa con diversas técnicas para hacer una valoración sobre la evolución de la vegetación en esa parcela según de qué manera se siembre". En la reserva también se llevan a cabo actividades de educación ambiental y gestión del territorio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando hablamos de materia de conservación de hábitats, solemos ver como algo muy positivo este tipo de intervenciones directas sobre zonas deterioradas concretas. En mi opinión una visión así de parcelada parte concenada al fracaso (¿o acaso sea un éxito político, independientemente de los resultados?). Si queremos hablar de conservación deberíamos partir de una visión más global, tanto en el plano físico ("...hemos podido comprobar que la evolución de la repoblación es lenta por la baja pluviometría y..." ¿Y por qué es escasa la pluviometría? ¿Qué crece o no crece en el entorno del área afectada? ¿Qué repercusión tiene esta repoblación más allá de los límites de la zona afectada? ¿No nos estaremos olvidando de un montón de variables? ¿Es esta acción un acto de conservación o un freno a la evolución del ecosistema de la zona? ¿Es conservar el intervenir? ¿Qué otras cosas afectan a un ecosistema tan "perjudicado"?), tanto en el plano físico decía, como en cualquier otro aspecto (¿No es el Gobierno de Aragón, partícipe de esta intervención, responsable mayoritario de la gran agresión hacia nuestras montañas más septentrionales bajo el sagrado nombre de Arramont? ¿A qué juegan?).
En fin, que se me ocurren muchas más incógnitas cada vez que me entero de cualquier intervención conservacionista de este tipo, y espero que estas dudas sirvan para sembrar algunas más en los que os dé por leer esto.
Un abrazo muy fuerte, Abel, guapo.
Joselito desde el sur