martes, 23 de octubre de 2007

La agresión del tren de Barcelona

Mientras paseaba por YouTube para conseguir vídeos de música, me he topado con el vídeo de la agresión de un "elemento" a una chica que estaba sentada tranquilamente en uno de los asientos de un tren de Barcelona. El fulano (por llamarlo de una manera civilizada) no ha dejado de hablar por el móvil mientras golpeaba a la chica, le tocaba - pellizcaba un pecho, le propinaba golpes y finalmente, le asestaba una terrible patada en la cara.

Todo ello ha sido grabado por la cámara de seguridad del tren y ha sido contemplado con absoluta frialdad por el compañero de tren de la chica y por muchos que hayan tenido acceso a dichas imágenes a través de internet y de portales como YouTube.
¿Está consiguiendo internet y estos portales de vídeo, que la violencia gratuita sea un entretenimiento?, ¿hemos convertido estos portales (como YouTube) en un lugar donde todo se puede descargar, sin ningún tipo de control, ni mesura?, ¿dónde está el límite (moral, jurídico o de cualquier tipo) para este tipo de filmaciones?, y ¿debemos los internautas permitir ciertos contenidos en la red, en nuestros blogs, en las páginas, en los banners, en los correos spam que nos envían?
Demasiadas preguntas para pocas respuestas.
Sólo una cosa está clara. Cada vez somos menos persona y más monstruos. Los que golpean y los que miran y se regocijan.


P.D: He estado tentado a colgar el vídeo, pero ese fulano no se hará famoso por nosotros.

3 comentarios:

Mariajo dijo...

Ha salido en la TV también.
Mal por al imbecil pero desde luego un cero a toda la gente que se queda impasible.

Camino Felices dijo...

A mi me preocupa la mente de ese chaval, ¿qué tendrá dentro? Ni tan si quiera se arrepiente... Pero más me preocupa la sociedad de mierda que estamos creando con tanto miedo y tanto egoismo. Vale ya, joder, que somos personas.
Más civismo y educación y menos miedo y egoísmo.
Por cierto, no sólo había una persona más en el vagón...

Alberto dijo...

Este tipo va primero en la carrera de los telediarios por publicitar actos que no deberían ser tan expuestos, segundos van las quemas de fotos del rey.
Con lo que cuesta que saquen una reseña de una actuación de un grupo que empieza, o un comentario de una protesta de unos trabajadores y la de minutos que conceden a los de las hogueras y el imbécil este. Un juicio rápido, sin altavoces y ejemplar, es lo que necesitaba. Pero quizás si no es por la prensa hasta se libraba.